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Como es común en todo el ámbito mediterráneo, a partir de las estrechas franjas de costa que ocupan huertas y marjales, el territorio valenciano empieza a elevarse para convertirse en secano y montaña.
 
Encontramos primero el secano, con un relieve todavía suave pero donde ya no llega el agua con la regularidad con que lo hace en las huertas, factor decisivo que determina un cambio en los cultivos, en la densidad de población y en las formas de habitar. Aparece después la montaña, los extensos espacios de relieve abrupto del interior que configuran una buena parte del territorio y que ponen a prueba la habilidad de sus habitantes para hacerlos productivos.

SECÀ I MUNTANYA

L’ETNO, Museu Valencià d’Etnologia

Exposición Permanente

Museografía